jueves, 16 de diciembre de 2010

BAUDELAIRE, PESOA Y SU AMIGUITA

Se acercó a mí.
No recordaba mi nombre.
Yo el suyo sí.
Recordaba que hacía ya un año
me había recitado al oído
un poema de Pesoa.
Lo volvió a recitar.
Qué poca gracia tenía.

Empezó a hablar de Baudelaire
y otra vez de Pesoa.
Que si Baudelaire esto,
que si Pesoa lo otro.
Era estudiante de historia del arte.

Yo no la escuchaba en absoluto.
La agarré por la cintura y la atraje hacia mí.
Y ella seguía con Baudelaire y Pesoa.

Me acerqué lentamente.
La intenté besar pero no pude.
Ella dale que te pego con Baudelaire y Peso.

Chicas, si alguna día lo que escribo
tiene algún valor, por favor,
no le habléis de mí a un tío
que sólo quiere meterla en caliente.

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